miércoles, 12 de marzo de 2014

Medio de...¿(des)comunicación?. Extracto de discurso de Arturo Uslar Pietri




A pesar de que dicho discurso es de 1987, no encontré palabras más acertadas y menos politizadas que las dichas por Arturo Uslar Pietri que permitan entender los fenómenos actuales que se viven en Venezuela en relación al flujo de información.

"El crecimiento de los medios de comunicación plantea hoy a los periodistas, y cuando digo periodistas digo todos los medios de comunicación, unas exigencias y una responsabilidad que nunca antes tuvieron. En este momento, literalmente, por el poder de esos medios el periodista esta maniobrando como materia prima con la conciencia colectiva, y no puede haber responsabilidad más alta. Si abrir un cuerpo humano para hacer una operación quirúrgica que le puede salvar la vida es una inmensa responsabilidad que delegamos en hombres muy calificados para hacerlo, pareciera que no nos damos cuenta de que meter la mano y manipular esa cosa tan vital y delicada a la vez de tratar, que es la conciencia colectiva, lo estamos dejando de la manera mas irresponsable a un completo azar.

Aquí se plantea uno de los dramas del mundo moderno. Nosotros somos los herederos de unos ideales políticos colectivos, que no podemos renunciar y que no deberíamos rechazar nunca. Uno de ellos es fundamentalmente la libertad de conciencia y la libertad de expresión. Pero esos ideales  han entrado en una cierta forma de crisis, frente al poder de los medios actuales. Desde la primera Guerra Mundial particularmente, y del desarrollo creciente de los modernos medios de comunicación, ha surgido una concentración creciente del poder comunicativo . Ya no es la época en que un hombre lleno de vocación de servicio podía ir a sacar una hojita impresa y a distribuirla. Hoy los diarios son grandes empresas, las televisiones grandes empresas que desbordan incluso el margen nacional y abarcan una dimensión transnacional. Estamos ante un mundo de grandes confrontaciones de poder, todos los días estamos viendo tensiones entre el Este y el Oeste, la carrera armamentística, las estadísticas económicas que revelan el poder de los países, y es posiblemente la forma mas importante de poder en nuestros días, es el poder informativo. Ese poder se ha ido concentrando mucho mas que el poder económico, y esa concentración ofrece una posibilidad muy peligrosa: la de dirigir y conformar la opinión.

A raíz  de la Primera Guerra Mundial se inventó un siniestro arte, que ha sufrido perfeccionamientos extraordinarios, que se ha llamado la desinformación. La desinformación no es la carencia de información. Se puede estar en un océano de información y estar metido en un sistema rígido de desinformación. La desinformación es la información falsa, la información incompleta, la información malintencionada, la deformación.

¿Qué pueden hacer los periodistas de hoy, y particularmente los periodistas coombianos, los venezolanos, los argentinos, los mexicanos, los latinoamericanos todos, frente a esta circunstancia? ¿Hasta donde sabemos nosotros que estamos manipulados? ¿Hasta donde nosotros estamos repitiendo cosas o partiendo de hechos que vienen  de una visión deformada? Muchas veces no es una visión intencionada. Yo no creo, por mi propia contextura mental, que hay unas conspiraciones internacionales entre unos hombres siniestros que se reúnen para ver como destruyen la humanidad. Eso no va más allá de ciertas películas de visión catastrófica. Pero todos los hombres somos víctimas de una subjetividad. Es que hay información interesada. En este momento el mundo presenta la pugna de grandes centros mundiales de poder. Esos grandes centros mundiales de poder saben muy bien que la confrontación armada les esta negada por el inmenso costo que esto tiene, y por lo tanto, la guerra que se esta librando en el mundo es una guerra por el espíritu del hombre y esa guerra por el espíritu del hombre esta en los medios de comunicación"


Palabra extraídas del discurso de Arturo Uslar Pietri en el acto de entrega de los Premios Nacionales de Periodismo de Colombia, en Bogotá el 1° de Septiembre de 1987.